Cuentistas y Soñadores

martes, 3 de mayo de 2016

Niños y Autoestima



¿cómo favorecer el desarrollo de la autoestima en los niños? 
Lo ideal: que puedan crecer en un ambiente adecuado y que reciban el amor incondicional de sus padres. Es lo obvio, pero en muchas, demasiadas ocasiones no ocurre así.
Un ambiente adecuado, si lo miramos desde el enfoque del mundo desarrollado (en los países pobres o en zonas de conflicto, es mucho más difícil)

Pero lo mejor que podemos hacer los adultos es servirles de modelo, de ejemplo en el que puedan comprobar en nosotros los valores que queremos transmitirles. En en el caso concreto de la autoestima, el mejor ejemplo para los niños es ver que sus padres se aceptan y se aman a sí mismos incondicionalmente.
La información que se les pueda dar, aunque sea la correcta, nunca va a ser tan eficaz como el ejemplo. Demos ejemplo!

Al igual que tenemos la misión de favorecer el desarrollo saludable de los niños, fomentando un alto nivel de autoestima, también tenemos hacia nosotros mismos, como adultos, unas responsabilidades:

Todos tenemos la responsabilidad de amar y proteger incondicionalmente a nuestro niño interior, que constituye esa parte íntima y esencial de la que estamos hechos. La responsabilidad de tener en cuenta y cuidar a ese niño que fuimos en el pasado y que seguimos siendo, disfrazado de adulto. De eso depende en gran medida nuestra paz, nuestra y nuestra felicidad en el ahora.

Compartimos algunas citas que nos pueden servir para interiorizar esto:

“El comportamiento de los niños es un reflejo del de los adultos. Examina qué te impide amarte y disponte a liberarte de ello. Serás un maravilloso ejemplo para tus hijos. 
Casi toda nuestra programación, tanto negativa como positiva, es algo que aceptamos en la época en que teníamos tres años. A partir de entonces, nuestras experiencias se basan en lo que en aquel momento aceptábamos y creíamos de nosotros mismos y de la vida. La forma en que nos trataban cuando éramos muy pequeños es habitualmente la forma en que ahora nos tratamos. La persona a quien usted está riñendo es un niño de tres años que lleva dentro.













Si es usted una de esas personas que se encolerizan consigo mismas porque son temerosas y pusilánimes, piense que tiene tres años. Si tuviera delante a un niño de tres años que tuviera miedo, ¿qué haría? ¿Se enfadaría con él, o le tendería los brazos y lo consolaría hasta que se sintiera cómodo y seguro? Quizá los adultos que lo rodeaban cuando usted era pequeño no hayan sabido cómo consolarlo entonces. Ahora usted es el adulto en su vida, y si no sabe consolar a la criatura que lleva dentro, realmente es algo muy triste.
Lo que se hizo en el pasado está hecho; lo pasado, pasado. Pero este momento es el presente, y ahora usted tiene la oportunidad de tratarse como desea que lo traten. Un niño asustado necesita que lo consuelen, no que lo reprendan. Si usted se reprende, se asustará más, y no encontrará a quién volverse. Cuando el niño de dentro se siente inseguro, crea muchísimos problemas.
¿Recuerda cómo se sentía cuando lo humillaban de pequeño? Pues de la misma manera se siente ahora ese niño que lleva dentro.
Sea bondadoso consigo mismo. Empiece a amarse y a demostrarse aprobación. Es todo lo que necesita para expresar al máximo sus potencialidades
                                                                                       
Louise L. Hay
Si un niño vive en la crítica, aprende a condenar.
Si es tratado con hostilidad, aprende a ser agresivo.
Si vive con miedo, aprende a ser temeroso.
Si es avergonzado, aprende a sentirse culpable.
Pero si un niño es estimulado, aprende a tener confianza.
Si es tratado con tolerancia, aprende a ser comprensivo.
Si es apreciado, aprende a valorar a los demás.
Si vive con aprobación, aprende a quererse.
Si vive compartiendo, aprende a ser generoso.
Si es tratado con honestidad, aprende a ser sincero.
Si es tratado con consideración, aprende a ser respetuoso.
Y si vive sus años más tempranos rodeado de amor honrado,
aprenderá que el mundo es un maravilloso lugar donde vivir.





























  Dorothy Law Nolte



Los niños nacen con un enorme amor hacia sí mismos. Es la sociedad la que suprime ese amor… El amor de un niño hacia sí mismo es desviado. La sociedad lo condiciona de manera que su amor se dirija siempre hacia un objeto externo. Esto conduce a hombres y mujeres muy pobres, porque cuando quieres a alguien externo a ti, te vuelves dependiente de ese objeto. A tus propios ojos te conviertes en algo secundario, te conviertes en un mendigo.
Al nacer eras un emperador totalmente satisfecho contigo mismo. Pero tu padre quiere que lo quieras, tu madre quiere que la quieras. Todos a tu alrededor se quieren convertir en objeto de tu amor. A nadie le preocupa que si una persona no puede amarse a sí misma tampoco será capaz de amar a alguien más. De modo que se crea una sociedad desequilibrada, donde todo el mundo intenta querer a alguien, pero sin tener nada para dar.
A un niño debidamente educado se le debe permitir crecer en amor hacia sí mismo, de forma que esté tan lleno de amor que compartirlo se convierta en una necesidad. Estará tan repleto de amor que querrá compartirlo con los demás.
Entonces, el amor por ti mismo nunca te hará dependiente. Tú eres el que da, y el que da nunca es un mendigo.
Osho





JAC 2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario