La mariposa estiró sus alas y echó a volar...
Durante su vuelo vio cómo estaba el mundo, regresó al lugar de partida, dejó su aleteo y decidió regresar a su estado de gusano, a esperar tiempos mejores.
Pero al llegar se encontró con el capullo destruido y medio comido por los pájaros. Si hubiese estado ahí metida, hubiese sido su final. Pensó que en cualquier caso, lo que había sufrido para transformarse en la bella mariposa que ahora era, había sido mucho.
Decidió cambiar su pensamiento y se dijo que no se trataba de cómo viera ella el mundo, sino al revés. Su esfuerzo serviría para que el mundo pudiera verla a ella y su belleza, que en su medida era la forma que ella tenía de mejorarlo.
Echó a volar de nuevo, luciendo sus bellas alas y poniendo su nota de color, junto a muchas otras mariposas que revoloteaban entre las flores.
Supo que su función era exactamente esa, aportar belleza y color y voló feliz sin pensar nunca más en su pasado de gusano. No hay tiempos mejores que esperar.
El mejor tiempo es ahora y la vida de una mariposa es muy corta para perderse ni un segundo. Ha de volar todo lo posible hasta el final.
¡¡Seamos mariposas!!
¿Volamos y lucimos nuestras alas?
JAC 2016
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